¿Alguna vez habéis sentido que hay banda sonora en vuestras vidas? Si, puede que en algún momento se haya metido una canción pegadiza en la cabeza y no deje de repetirse mientras uno camina, pero a lo que yo me refiero es mucho más profundo.
Un dedo rozando tu espalda, y comienza, esa combinación de caricias y leves roces que van a ir transformándose en algo mucho más salvaje, más instintivo. Llegar a tal nivel de no ya dejar de escuchar la música o los sonidos que hay a tu alrededor, sino de crear tu propia música, de marcar tu ritmo, de imaginar una canción en tu cabeza la cual había sido creada para ese momento, que tus dedos y tus labios marquen cada compás y lo transmitan directamente a tus oídos...
Y escuchar de nuevo esa canción y no poder imaginar nada más.
Shhhh... silencio... no me dejáis escuchar...
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