martes, 27 de septiembre de 2011

"La Higiene del Asesino" A.Nothomb

¿Qué es necesario para escribir?

Según el señor Tach un escritor debe tener varios atributos que de forma simplificada (lo cual os obligará a comprar este libro) los nombraré aquí.

-Cojones: Los cojones a los que me refiero se sitúan más allá del sexo; la prueba es que algunas mujeres los tienen. Oh, muy pocas, pero existen: estoy pensando en Patricia Highsmith. Se trata del órgano más importante del escritor. Sin cojones, un escritor pone su pluma al servicio de la mala fe. Los cojones son la capacidad de resistencia de un individuo a la mala fe ambiental. En cuanto a la proporción de personas que tienen a la vez una buena pluma y esa clase de cojones, es infinitesimal. Por eso hay tan pocos escritores sobre la tierra.

-Polla: Es la capacidad de creación. Pocas personas son capaces de crear realmente. La mayoría se conforma con copiar a sus predecesores con más o menos talento, predecesores que, a su vez, son casi siempre imitadores. Puede ocurrir que una buena pluma esté provista de una polla, pero que le falten cojones: Víctor Hugo por ejemplo.

-Labios: Desempeñan dos papeles. En primer lugar, convierten la palabra en un acto sensual ¿Se imagina lo que sería la palabra in los labios? Sería algo estúpidamente frío, de una aridez sin matices, como las palabras de un funcionario de juzgados. Pero el segundo papel todavía es más importante: los labios sirven para cerrar la boca sobre lo que no debe ser dicho. La mano también tiene labios, los que le impiden escribir lo que no debe ser escrito. Es absolutamente indispensable. Escritores que rebosan talento, cojones, polla, han fracasado en su obra por decir cosas que no tenían que decir.

-Oreja: La oreja es la caja de resonancia de los labios. Es como la declamación flaubertiana pero interior. Las palabras gritan por sí mismas. Basta con que uno las escuche en su interior.

-Mano: Es para gozar. Tiene una importancia desmedida. Si un escritor no goza, entonces debe detenerse al instante. Escribir sin gozar es inmoral. La escritura lleva en sí todos los gérmenes de la inmortalidad. La única excusa de escritor es su gozo. Un escritor que no goce, sería algo tan repugnante como si un hijo de puta violara a una niña sin ni siquiera gozar, que la violara por el simple hecho de violarla para infligirle un daño gratuito. La mano es la sede del placer de escribir. No es la única: la escritura también proporciona placer en su vientre, en su sexo, en su frente y en sus mandíbulas. Pero el placer más específico se localiza en la mano que escribe. es algo difícil de explicar: cuando crea lo qu e necesita crear, la mano se estremece de placer; se convierten un órgano genital ¿Cuántas veces he tenido, al escribir, la extraña impresión de que era mi mano la que dirigía, que se deslizaba sola sin pedirle permiso a mi cerebro?

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