lunes, 9 de mayo de 2011

Adelanto: El capricho de Heosphorus

Hola a todos:

Mientras espero que mis dos estupendo colaboradores se animen a subir algo, os dejo con el primer capítulo de mi "proyecto de libro" (si, estoy mu loco y sé como se dispara) Pensad que está sin revisar porque quiero terminarlo antes. Aún así espero que os guste esta especie de esqueleto narrativo. Y para que mentir, las opiniones me vendrían muy bien.
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CAPITULO 1

Si las historias comenzaran con un “si”, ya fuera condicional o afirmativo, el mundo sería mucho mejor. Nuestro planeta giraría de forma armoniosa, oiríamos esa musiquilla de Obertura de Guillermo Tell que tanto nos suena al abrir la ventana por la mañana y siempre olería a pan recién hecho. Pero este no será nuestro caso, así que volvamos a empezar.

Tal vez hayan oído hablar de…no, así tampoco, déjenme que lo vuelva a intentar.

No había en el mundo nadie más desdichado que nuestra pequeña Arine. Su desdicha comenzó incluso antes de su nacimiento. Concebida con apenas unos miligramos de cariño y escasos segundos, fue un fruto inesperado. Pero pese a que los pequeños espermatozoides no corrieron demasiado, nació un pequeño ser sietemesino de grandes ojos que se convirtió en lo que hoy es una niña de nueve primaveras delgaducha, de labios finos y frondosa cabellera oscura, siempre coronado por esos grandes ojos que siempre devoraban todo con curiosidad.

Si algo se respiraba desde que su madre los abandonó fue silencio, una calma sin cuartel que provocó en nuestra querida Arine que siempre comenzara a hablar con un pequeño tartamudeo y nunca a demasiado volumen. También adquirió la fobia de contener la mirada mucho tiempo, incluso con las personas cercanas; y una desconfianza total de lo desconocido. Era el típico cuadro de timidez crónica e incurable.

Su padre alcanzó el punto desconocido para todo ser humano en el que uno se queda sin lágrimas; y comenzó un juego que a Arine le encantaba: “No dejarse asustar por los fantasmas”. En eso se convirtió su padre, en un fantasma. Arrastraba los pies, encorvado, incluso se dejó brotar unas respetables ojeras que eran dignas de admiración; por las noches se alcanzaban a oír los lamentos del fantasma.

Todo esto obligó a nuestro pequeño querubín a obviar su infancia y convertirse en alguien responsable y auto-suficiente. Nunca conoció el jugar a la pelota o la tan necesaria rayuela. Pero esto solo aceleró lo inevitable, el mal que todo ser humano debería tener en cuenta a la hora de poner un pie en este mundo: el amor. Se trataba de un amor exigente, que pesaba en su cabeza y en su espalda. Se enamoró de la odiosa lectura…

Querido lector, le pido que no se alarme…no…por favor baje la voz. Lo de “odiosa” solo es un recurso, aunque tampoco me podrá negar que la lectura es odiosa. Nos dota de una sabiduría que no esperábamos (y tampoco pedimos), de la cual solo acabamos lamentándonos y preguntándonos el por qué lo hicimos, que la ignorancia es la felicidad y que no importa escribir “abía” pues total, quién se va a dar cuenta…y ahórrese decir que resulta paradójico que algo así se diga a través de un libro.

Arine cayó sobre todo en los temibles brazos de Calíope, la musa de la poesía épica, quedando a merced de los grandes poetas clásicos y sintiéndose en secreto Helena de Troya. Rebosaba felicidad cuando robaba una sábana con olor a suavizante, se pertrechaba con ella y ensayaba el pestañeo lento de la princesa de Troya por la que tantos hombres murieron.

También comenzó a ensayar el bello arte de la lectura en voz alta. Alineaba los pocos peluches que poseía, y cual fiscal les transportaba al mar junto a Odiseo, o Ulises para los íntimos.

Y llegamos a la isla de Eea, donde habita Circe, la de lindas trenzas, la terrible diosa dotada de voz, hermana carnal del sagaz Eetes: ambos habían nacido de Helios, el que lleva la luz a los mortales, y de Perses, la hija de Océano.”…Circe no me gusta nada, ¿Qué opina usted señor Tobermory? Está usted muy silencioso hoy–

El pobre peluche seguía manteniendo la mirada, y porque no decirlo, una sonrisa forzada…había perdido la cuenta de las veces que les bendecía con esa historia, pero era capaz de jurar que podía recitarla de memoria.

En esos escasos minutos era la niña más feliz, aunque solo fuera entre esas cuatro reducidas paredes, podía ser reina, sirena o la mismísima Atenea. Fuera de esa pequeña guarida practicaba el juego de su padre: era un fantasma y se encogía para ocupar lo menos posible.

Por ejemplo en clase nunca levantaba la mano, dudaba que cualquier niño o adulto conocieran su nombre, incluso a veces había visto cómo la gente se sorprendía al cruzársela…precisamente cómo si hubieran visto un fantasma, eso la alegraba pues eso quería decir que estaba jugando realmente bien.

Poco a poco se fue fraguando la personalidad de nuestra pequeña Arine. Amante de las letras, princesa en secreto, fantasma por vocación paternal, degustadora de caramelos profesional y saltadora pre-olímpica de charcos en Abril.

Nada más, aquí acaba el comienzo, relájese…respiren pues ahora empieza la auténtica aventura, que como suele ser normal, comienza con un pirata.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sé que mi opinión ya te da igual... pero es genial.

Ella dijo...

Estoy de acuerdo con Anónimo=)
Creo que si sigue así, con un par de revisiones vas a crear algo grande.
Por cierto, estoy encantadísima porque hayáis retomado el teclado. Os esperaba.

Joselusan dijo...

Vale, ya he leído todo lo que me pasaste, y he decidido escribir mi crítica aquí para que sea algo más que "me gusta" o "es muy buena" o "es una mierda", ya que tanto tú como yo sabemos que ese tipo de críticas no suelen tener mucho fundamento.
Empiezas muy bien introduciendo todos los personajes, con un regustillo a "cuento moderno" (véase Amelié, véase "tutto Neil Gaiman", véase Lemony Snicket) pero como ya te dije, me parece que en algunos momentos no sabes qué hacer, se puede ver en algunos párrafos o alguna frase que da la impresión de que no debería estar ahí, no sé, esa es mi impresión, espero que no me mates. :D

Anónimo dijo...

A mí me ha dado la impresión de lo contrario, de que manejas y llevas al lector por donde le da la gana. Y de que eso es precisamente lo que buscas. Pero claro, no sé cuánto más has escrito xD