viernes, 27 de noviembre de 2009

Mendigo


Hoy me despertó otra vez ese pellejoso perro, no tenía que haberle dado ese trozo de pan duro, ahora se cree que soy su amo…su amo…es curioso porque creo que ya no soy ni amo de mi mismo, si me pongo a contar seguro que tenemos incluso las mismas pulgas.
Ya me cuesta levantarme, últimamente el frío no perdona y las rodillas a veces me crujen como carracas oxidadas. Necesito unas vacaciones, un sillón mullido, una hoguera bien alimentada y una puta coca-cola que me quite este sabor a vino barato.
No estaría mal una mujer de esas que te espera armadas con una sonrisa y un buen estofado y una ducha….por dios una ducha caliente, de esas revitalizantes. Recuerdo que antes me daba una todas las mañanas para ir a trabajar, vale que era una fábrica oscura, con un trabajos de esos mecánicos y aburridos, pero era un trabajo.
Soy un superviviente, dicen que tengo un aspecto parecido a Marx, barba canosa y abundante y unos ojos inteligentes. Me alimento de la caridad, es cierto, pero así he descubierto que existen más buenas personas de las que pensaba. Todavía no he muerto de hambre y pese a que echo en falta un techo sobre el que cobijarme, pienso que soy el único que oye al mundo susurrar y llorar. Soy feliz….y no mido mi felicidad en montones de de cosas inútiles, sino en peso de palabras. Ca-da-pa-la-bra-me-pe-sa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Existen más buenas personas de las que creemos en realidad.
Normalmente las personas que viven en la calle nos crean repugnancia,rechazo pero si realmente nos interesáramos por conocer cada una de sus historias todo sería diferente....