viernes, 10 de abril de 2009

Crítica de un humano para un humano

"Hoy me planto ante todos ustedes para decir que...SOMOS los seres más despreciables que la madre naturaleza podría haber escupido en este mundo metamorfo y sólido. Somos esclavos de nuestras propias ideas, los grilletes son tales que nos hemos rendido y desistimos de pensar y casi de existir.


Vivimos, crecemos, amamos, sentimos, pensamos, añoramos, odiamos, morimos de una forma con tal marketing, que incluso nosotros no lo percibimos. Los fines de semana fueron el mejor invento, donde cada cuerpo humano puede explotar de rabia e impotencia frente a un vaso de veneno, gritar, decir locuras inconexas y volver a serenarse para enfrentarnos a una realidad amarga que nosotros nunca elegimos. Imposición? Impotencia? yo digo...miedo. Miedo a que los esquemas planteados desde un principio no se cumplan y nos perdamos por el laberinto establecido.


Hemos vuelto a el estado fetal de la humanidad, incapaces de valernos por nosotros mismos, desprotegidos, débiles...y asqueados de algo que inventamos, la "sociedad" del dinero, los prejuicios, de la ignorancia y del culto al cuerpo.


Los pensadores están muertos, las ideas...repetidas y nosotros...copias, de copias de otras copias. La imaginación salvaje, los sentidos saturados de belleza y dulzor, el miedo que te encoge el corazón y el beso que te eriza el vello de la nuca...todo ello está coronada de una lápida...muerta en un rincón que ya no visitamos ni para poner unas simples flores.


Hoy llamo al cambío, a la plenitud de cualidades y a la explosión de colores, al torrente de tintas... que vuelen los libros sin sentido, que sean exposiciones a la hermosura y a la locura. Que la música quede encerrada en las entrañas y no en partituras. Que el cine nos convierta en niños desdentados y no en adormezidos adultos. Os invito a pensar."



Al acabar, se bajó de la columna con escalones desde donde había descargado todo su peso...miró a lo lejos y contempló una nada abochornante. Nadie lo escuchaba....como nadie lee estas palabras, pero poco le importó, había gritado parte de lo que encierra su ser...sus ideas se había convertido en cuervos que pronosticaban tormeta...y con eso le bastaba.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado...

Anónimo dijo...

A mi también :)

Anónimo dijo...

Y a mi