jueves, 3 de diciembre de 2009

Eppur si muove

Sabor. Es lo que se me viene a la mente cuando miro la foto. No es sabor en concreto, bueno si...el sabor de sus labios, pero cuyo sabor es indescifrable y único.

También recuerdo el frío y como nos olvidábamos tan fácilmente de él. Nos acurrucábamos entre los plieges de nuestra existencia. Eramos los amantes del atardecer pues recuerdo que su cabello se contoneaba despuntando brillos. Esperábamos hasta el borde de los suspiros, para inspirar con rápidez y volver a conocernos más de cerca.

Hablamos con palabras mudas: miradas, gestos mínimos, risas y bailes.

Tiempo. Y sin embargo se mueve, es lo dificil de todo esto. Lo peor de esta vida que puede ocurrir es: Pillar un resfriado, cortarte y enfermar de nostalgia...sobretodo de la nostalgia que realmente no existe.


Pd. Todos los personajes de esta historia son pura ficción. Si se identifica con alguno de ellos, se receta volver a leer, sonreir brevemente y pasar a otra cosa.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sonrio
Vuelvo a leer
Sonrio de nuevo(aunque esta vez brevemente)
Me voy a leer

=)

Seph~ dijo...

Evidentemente, sonrío yo también, vuelvo a leer yo también, vuelvo a sonreír (sí, yo también), me paro (otra vez) a mirar la fotografía... Sonrío (sí, otra vez, qué sonrisas más pesadas) y... creo que me voy, a ver si descifro a qué se parece el sabor de esos labios.

Anónimo dijo...

El sabor de los labios cambia exquisitamente cuando mezclo varios al mismo tiempo y, es eso... que imagino ahora

Anónimo dijo...

lo leo otra vez
y otra
y otra
y otra
y sigo sin poder sonreir...