Ratas. Oscuras figuras que se arrastran portando afilados chillidos, cosquilleos pantorrillescos y livanos, como una brisa ponzoñosa que trae consigo una pobredumbre lastimera. Se esconden, se cuelan, se escapan, se escabullen, te acechan, te persiguen, te olisquean, te atemorizan.
Comen de lo que te sobra, sobra de lo que crian, crian de lo que se les permite, permite que haga una pausa...
Carraspeo para no ahogarme entre latigazos de asco. Imaginate una rata: peluda, de esas que son más grande que tu brazo, con una cola barbilampiña y con forma de lombriz, mojadas en infusión de cloaca, con esos ojos perversos de visitante de pesadilla.
Ratas, es lo que veo cada vez que salgo a la luz del sol, ratas disfrazadas con pieles humanas, amontonadas formando un cuerpo humano de andares torpes y patizambos, y como un buen felino silencioso, espero que la cena se acerque más a mis zarpas...
3 comentarios:
A mí me gustan las ratas...
al fiinal lo hiciste de las ratas...no me lo puedo creer..xD
Alaaaaaaaa, con lo salaicas que son las ratas.
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