martes, 30 de junio de 2009

Déjame Vol. 2

Déjame salir

Miras al cielo, buscando la nube solitaria y asustadiza que acaba de ocultar al sol. Ves como se marcha casi cabizbaja y defraudada, y soportando ese calor comienzas a caminar sin parar, buscando una sonrisa cómplice o un gesto amable que decore ese día.

Silencio, tan solo silencio encuentras entre los resquicios de la ciudad...y de pronto una explosión en tu retina: Ves pasar una estela de trajes, rostros, colores, luces, sombras, risas, gritos, insultos, sonidos de cláxón y de injurias que no traspasan la línea de las palabras, pitidos, gruñidos, móviles, automóviles...

Los proyectiles textiles, que gentiles en sus actos, son poco sutiles a la hora de disimular sus origenes de vodeviles más bien hostiles. Proyectiles que zumban a mi lado, mirando hacia dentro, contemplando su falsa plenitud y sus engrasadas mentiras, listas para lanzarse ocultas entre sonrisa y sonrisa.

Andando por los caminos, vagando por el bulevar...trotando hasta alguna vía que me lleve a una vereda oculta, una calle sin nombre, una avenida desconocida...un lugar olvidado. Rescato de mis bolsillos los pocos recuerdos que recuerdo, rememorando momentos y dejando de evocar hostigamientos harapientos...inventos de los intentos.

Y al final de mi camino mental, de gravilla y demencial, solo encuentro unos barrotes invisibles e intangibles. Un céfiro en nuestros ojos, endulzado con pluralismo solitario, con la compañia fantasmal, con manos abrazadas a tu cuello y nunca a tu cuerpo...déjadme salir...no les contaré a nadie vuestro secreto...



Pd: Ya van 30 publicaciones y casi 2.000 visitas. Gracias por seguir pasando por este humilde rincón, espero que los sigais disfrutando por mucho tiempo.

1 comentario:

Ro dijo...

Los rostros despersonalizados nos asedian, la ciudad está emocionalmente muerta y somos cautivos de este sinsentido carcelario.

La palabra es........... ¿Céfiro?

No tienes que agradecer que nos pasemos por este rincón, creo que nosotros deberíamos agradecer poder hacerlo, ¡son fabulosos todos estos escritos! Y yo también espero poder seguir leyéndolos por mucho más tiempo.