Notaba como una mirada me perforaba la espalda, saboreé su envida por encontrarme con inusitada dama provocadora, venenosa y gracil. Me dije que la mirada solo era producto de mi insospechada suerte y de lo poco que me creía estar abrazando al silencio tan cerca de esta señorita.
El vapor de agua se elevaba entre esquinas y avenidas, como evidencia de que la ciudad dormía y soñaba....soñaba pesadillas terribles y agoreras. Un gato sobresaltó a la índiga noche. Para cuando nos dimos cuenta ya estabamos en un callejón, notaba su mano rodeandome la cintura, sus labios destilando versos cerca de los mios, en noche cerrada y en corazón abierto me besó...me besó...me besó."

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